jueves, 19 de noviembre de 2009

Leyenda de Atuntaqui

LA PASTORA Y EL CONDOR


Basado en Mitologías de Antonio Ante, por Juan C. Morales.



Cuentan los abuelos que hace mucho tiempo, existió una pastorcita que al nacer el sol iba junto con su fiel perro, llevando el rebaño hacia la montaña. Cuando la pastorcita era ya una hermosa jovencita de ojos nítidos, un Cóndor se sintió atraído por ella y esperaba en una quebrada para cortejarla.


¿Lindo día para pastar a las ovejas, pastorcita?- preguntó el Cóndor.

Sí, dijo la joven sin ruborizarse.

¿Debes tener el mismo peso que las ovejas?, exclamó el Cóndor en tono zalamero.

No te burles de mi - respondió y lo miró de reojo.

El Cóndor se acercó y trato de levantar a la pastorcita, asiéndose de su chalina. Al inicio hubo resistencia pero al fin la inmensa ave la alzó con sus garras. Una vez que la colocó a su espalda se levantó en un vuelo rápido, desplegando sus enormes alas. Desde abajo, el compañero de la pastorcita, su perro, miró un punto en el cielo y comenzó a aullar, mientras el viento llegaba desde el páramo.

Aullando recogió el rebaño y aullando llego hasta la casa de los padres de la pastorcita. Y fue aullando que guió a los padres por las montañas para buscar en los impenetrables riscos el refugio de los cóndores. El tiempo paso y no encontraban a la pastorcita, hasta que una mañana, el perro se acercó a un despeñadero. Abajo se encontraba ella, su ama que lo reconoció. Empezó a aullar lastimeramente hasta que llegaron los padres de la pastorcita, quienes la ayudaron a salir soltando sogas. El Cóndor no estaba, había salido por alimentos.

Cuando la magestuosa ave regresó y no encontró a la pastorcita, llamó desesperadamente a sus hermanos cóndores para que le ayudaran a recuperarla. A la pastorcita le habían crecido vellos que sus familiares limpiaban con esmero. Cuando el Cóndor llegó a reclamarla, ella ya no era la misma. Había vuelto a su antiguo estado, una hermosa joven de ojos cristalinos. Los cóndores se alejaron volando y con ellos uno que regresaba triste.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

LEYENDA ANDINA

MAL AIRE


Manuel Espinoza Apolo




En ciertos lugares también se le denomina mal viento.


El mal aire es una fuerza mágica o un halo misterioso que resposa en las quebradas solitarias y los sitios lúgubres llamados lugares pesados.


Produce una enfermedad caracterizada por un malestar que incluye jaquecas, fatigas y vómitos.


La gente de los Andes, sea indígena o mestiza, cree que en la naturaleza hay un sinnúmero de vientos, la mayoría de los cuales son nocivos: por ejemplo: el huaira huañuy o viento de la muerte; el huaira macharinapac o viendo de las cuevas: el huaira miu o viento de las montañas que produce desmayo y mareo, o el huaira sorochi, que causa la enfermedad de las montañas.


miércoles, 5 de agosto de 2009

LEYENDA DEL AMAZONÍA

LEYENDA DEL ACHIOTE Y DEL HUITO (WITUK)
Basado en Mito aborigen de los canelos de Alonso Flores Velasco.

En tiempos muy antiguos, luego que apareció el arco iris sobre los cerros, aparecieron en la amazonía dos mujeres jóvenes de extraordinaria belleza; eran las vírgenes de la selva .
La una de cabellos claros y su compañera de pelo negro azabache, recorrían los bosques en busca de novio; un día se encontraron con el gavilán ¨tijera hanga¨, que era el espíritu del hombre cazador, que tenía su morada al interior de la montaña. El ave rapaz se puso a conversar con las sumak warmis (mujeres hermosas) que cedieron ante sus lisonjas y accedieron a ir a su casa del gran ceibo milenario.

Planta de Achiote


¨Tijera hanga¨ les dijo que para que no se pierdan del camino pondrá señales con plumas de su cola; más, escondido tras un viejo tronco, otro cazador muy malo escuchaba la conversación de ¨tijera hanga¨; se trataba nada menos que del ¨apangura puma¨(puma sucio), un animal apestoso que andaba comiendo cangrejos. El ¨apangura puma¨ se adelantó por el bosque y tomando las plumas dejadas por el gavilán, las cambió con dirección a su guarida, las jóvenes no dudaron en seguir ese equivocado sendero.


Arbol del Huito

El malvado cazador las tomó como esposas a las dos muchachas, pero ellas se sentían defraudadas y sucias; sintieron el rechazo de todos y en su desesperación acudieron al gran espíritu de la selva ¨ARUTAM¨ que tiene la eterna juventud y le pidieron les convierta en planta que sean útiles a todos los habitantes de la región para en esta forma limpiar sus cuerpos y ser aceptadas por los cazadores y la gente. Entonces el ¨gran espíritu¨ tuvo lástima de ellas y decidió que la de cabellos claros se convierta en manduro o achiote y la de cabello negro en el emblemático árbol de wituk.

Hombre de la selva pintado con achiote (rojo) y huito (negro)


A partir de ese momento, las plantas se encuentran por toda la Amazonía para uso y disfrute de sus habitantes.

viernes, 29 de mayo de 2009

QUISQUINAY (HOMBRE REPTIL)

LEYENDA MONTUBIA

Basado en Manuel Espinoza Apolo



El Quisquinay es un ser sobrenatural que aparece en la zona montubia del Ecuador, vive en las montañas y en las cuevas. Es un reptil con rasgos humanos o viceversa, parece lagarto o culebra.

casa montubia (imagenhttp://elmontubio.blogspot.com/)

El Quisquinay atrae a sus dominios a las viudas para seducirlas, así se convierten en sus amantes y son las proveedoras de su alimentación que es igual a la del humano.

martes, 5 de mayo de 2009

LEYENDA DE QUITO

URGÜI


Llamado también Taita Urgüi. Se conoce así al cerro en forma de pirámide que está situado al frente de la Magdalena de Quito.
El cerro Urgüi como otros cerros de los Andes, guarda en su interior una ciudad de oro con personas, animales y mucho maíz de oro, en granos y mazorcas. A tan maravillosa ciudad se accede por una puerta custodiada por un gigantesco perro negro encadenado.

Cuenta la leyenda que una misteriosa mujer llamada Yumba conoce la puerta y cuando llega al lugar, todos los días a las 12 de la mañana, pronuncia estas palabras: ¨abrete culantro y ciérrate perejil¨. Una vez abierta la puerta, ella entra para conversar con el perro, que en ese momento se transforma en un hombre blanco, bermejo, guapo, jovencito y sin barba. Este es el Taita Urgüi y Yumba es su enamorada.

Cuenta mucha gente que ha visto al Taita Urgüi desnudo y descansando en el cerro. Hay ocasiones en que el Taita Urgüi muestra sus puertas a ciertas personas humildes, para que trabajen para él por un mes, que afuera se convierte en un año. A cambio les recompensa con una carga de mazorcas de oro.



Basado en Manuel Espinoza Apolo

jueves, 16 de abril de 2009

LEYENDA SHUAR

ETSA


Grupo de musica, danza y arte tradicional "TsunkY Shuar"


Iwia, un demonio terrible, desde siempre ha tenido la costumbre de atrapar a los shuar, meterlos en su enorme shigra y después
comérselos.
Fue así como, en cierta ocasión, atrapó y luego se comió a los padres de Etsa. Entonces raptó al poderoso niño para tenerlo a su lado y, durante mucho tiempo, le hizo creer que él era su padre.
Cuando Etsa creció, todos los días salía a cazar para el insaciable Iwia, que siempre pedía pájaros a manera de postre. El muchacho regresaba con la gigantesca shigra llena de aves de todas las especies. Una mañana, cuando apenas empezaba su cacería, descubrió que la selva estaba en silencio. Ya no había pájaros
coloridos por ninguna parte. Solo quedaba la paloma Yápankam, posada sobre las ramas de una Malitagua.
Cuando Etsa y la paloma se encontraron en medio de la soledad, se miraron largamente. -¿Me vas a matar a mí también? preguntó Yápankam. -No, dijo Etsa. -Parece que he dejado toda la selva sin pájaros. Etsa sintió que se le iban las fuerzas y se dejó caer sobre el colchón de hojas del piso. Entonces Yápankam voló hasta donde estaba Etsa y, al poco rato, a tuerza de estar juntos en medio de ese bullicioso silencio, se convirtieron en amigos.
Yápankam aprovechó para contarle al muchacho la manera en que Iwia había matado a sus verdaderos
padres. Entonces, nada ni nadie podía consolar a Etsa: lloraba con una mezcla de rabia y tristeza.
Cuando Yápankam se dio cuenta de que Etsa empezaba a calmarse, le dijo: - Muchacho, no puedes hacer nada para devolverle la vida a tus padres, pero aún puedes devolvérsela a los pájaros. -¿Cómo?, dijo Etsa. La paloma explicó: "Introduce en la cerbatana las plumas de los pájaros que has matado, y sopla". El muchacho lo hizo y de inmediato empezaron a salir miles de pájaros de todos los colores que levantaron el vuelo y con su alegría poblaron nuevamente la selva.






Desde entonces, Etsa y el demonio Iwia son enemigos mortales.

FUENTE: El Comercio, suplemento dominical s/f

martes, 31 de marzo de 2009

TESOROS PERDIDOS

NARRÍO


Manuel Espinoza Apolo


Cerro Narrío (La tortuga)

Narrío es un cerro de la provincia de Cañar. En su cima, en ciertas noches del mes de mayo, se ve un templo que irradia un esplendoroso brillo metálico, en medio del cual se hallan dos puertas gigantes; pero resulta imposible mirar el interior por la intensidad de la luz.
Las puertas están adornadas con columnas, en las cuales permanecen atados dos perros negros furiosos.
La visión de este templo es, sin embargo, efímera, desaparece al instante. En ese templo se cree que fueron enterradas las campanas de oro de una antigua iglesia, las mismas que son buscadas inútilmente por los huaqueros, pues el Urcuyaya de Narrío las habría trasladado a otro sitio

martes, 10 de marzo de 2009

LEYENDA DE ATUNTAQUI

EL DUENDE

Por: Juan Carlos Morales M.




Imagen de el comercio.com.pe



-¡No irás por la quebrada!
-Si ya nomás vengo...
-¡Verás que por ahí anda el Duende!
-Puras habladurías
-Bueno, advertida estás.

Isadora escuchaba -de cuando en cuando- las advertencias de su madre, Doña Hortensia, mientras le peinaba su lustrosa cabellera azabache.
Isadora tenía los ojos grandes y una risa cantarina, como sus pies gráciles para correr por las sementeras o subirse a un árbol de guabas como si fuera una diminuta raposa. La mentada quebrada, al que hacía referencia su progenitora, se encontraba atravesando unos árboles de aguacate y saltando unos tapiales. Algo que no representaba obstáculo para esta mínima mujer de pechos nacientes.
Cierta ocasión, casi al caer la tarde, Isadora se encontraba en sus habituales aventuras de recorrer la campiña. Detrás de los arbustos se podía escuchar al riachuelo cantar entre las piedras. Se acercó. Sintió un espasmo seductor. Después llegó a su casa con aires renovados.
-Mira mamá, este pastel que encontré en la quebrada.
-Ay, hija, pero si no es pastel sino majada de vaca.
Pero la niña veía un delicioso pastelillo y aunque al inicio su madre pensó que era una habitual broma de su hija cuando miró que acercaba a su boca el estiércol supo que habla en serio. Para la noche, en la habitual reunión de las vecinas se supo la verdad: ¡Isadora estaba enduendada!
-Lo que ocurre, Doña Hortensia, es que el Duende le vio primero a la niña, dijo una mujer.
-Sí, aclaró otra, si ella lo miraba primero no pasaba nada.
-Y ahora qué hacer, alcanzó a decir la preocupada madre.
-Lo mejor -habló alguien desde atrás- es colocarle un rosario de ajos, porque los duendes son salidos del Averno.



Atuntaqui al caer la noche


Así sucedió. Isadora insistía en salir a las malas horas: seis de la tarde y doce de la noche, incluidas el mediodía y la mañana. Pero lo más preocupante llegó después: el astuto Duende lanzaba piedrecillas a la alejada casa de la familia y cuando Doña Hortensia salía con un palo no había nadie. El padre, José Ignacio, no sabía nada del asunto porque se encontraba desde hace un mes abriendo brechas en el Oriente, como reciente colono.
En la noche nuevamente se reunieron las vecinas para comentar los sucesos.
-El Duende es un ángel caído y pertenecía a los coros celestiales, por eso le gusta cantar, indicó Doña Genoveva, que era la experta en estos asuntos y siguió.
-Lo mejor que puede hacer, vecina, es tener una guitarra destemplada y cuando el Duende quiera tocar -al ver que no suena afinadamente- se va furioso.
-No, mejor dicen que es colocarle un espejo, dijo otra. Así, cuando el Duende se mira lo feo que es, se espanta y no vuelve.



Imagen de el comercio.com.pe



En este incipiente consejo, la mayoría se inclinó por la treta de la guitarra. Así fue que Doña Hortensia consiguió prestado dicho instrumento y lo colocó cerca de la puerta de su morada. Adentro, una cautivada Isadora seguía insistiendo en que el Duende era hermoso y que le había prometido un palacio.
-Nada de duendes, dijo Doña Hortensia, que ocultó bien de decirle su treta.
A la medianoche se escucharon unos pasos mínimos. Después un rasgueo de guitarra. Un silencio. Una especie de maldición inaudible. Y, en ese momento, la voz poderosa de Doña Hortensia espantando al Aparecido.
Así, Isadora -de labios sensuales- siguió creciendo con la fama de haber conocido al Duende. Aunque -por aquellas épocas- eran los muchachos quienes caían seducidos por el magnetismo de sus ojos luminosos.

martes, 24 de febrero de 2009

LEYENDA DE BOLIVAR

Brujo de Telimbela
Por Manuel Espinoza Apolo


Imagen de Leonard Paul

En tierras de lo que hoy es la provincia de Bolívar, un antiguo chamán recibió sus poderes de un demonio, llamado Genio, a cambio de su alma. El demonio le entregó una lanza de chonta que el Brujo introdujo en una laguna de agua verdosa con hedor a azufre y con ella pudo hacer cuanto quería.

En vísperas de su muerte, el Brujo tomó su lanza y la arrojó con tanta fuerza que fue a caer en la cumbre del cerro Tronador. De ahí que en las noches más oscuras, los moradores de dicha zona divisan una sombra que cruza por el cielo mientras los perros aullan y los gallos cantan tristemente.

El Brujo de Telimbela dejó escrita una maldición contra las personas que profanen su tumba o se burlen de las serpientes y demás signos dibujados en su lápida: quienes se atrevan a hacerlo serán fulminados por un rayo.

miércoles, 11 de febrero de 2009

LEYENDA DE QUITO

LA BANQUITA SANTA DE LA FERTILIDAD


En el convento de Santa Catalina de Quito, se encuentra una banquita que algunos la han bautizado como la banca de la fertilidad. Esta banca perteneció a la Madre Catalina, una religiosa favorecida con el don de la profecía y de los milagros, que murió hace 214 años.


Hace más de 30 años, la hermana de una de las monjas del convento, llegó a visitarla y le contó que se iba a separar de su esposo porque después de 10 años de matrimonio no tenían ni un hijo, por simple intuición la religiosa le dijo que se sentara en la banca y que rezara a la madre Catalina. Se dice que la mujer sintió algo especial en ese momento. Todos los días durante un año acudió a sentarse en la banca y rezar, resultó embarazada y llego a tener hasta seis hijos. Este milagro se conoció y fue el inicio de muchos más.



La banca permanece en un descanso de las gradas que conecta al convento con el museo. No tiene espaldar, es de cuero y madera se estima que pertenece al siglo XVIII.
Con frecuencia, la gente golpea las puertas del convento solo para pedir a las madres que les permitan sentarse en la banca. Las solici­tudes llegan de mujeres que quieren concebir pero no han podido. La fe y la perseverancia obran el milagro.


La rutina es sencilla. La mujer debe sentarse en esa banca medio acolcho­nada. Luego viene la oración. El secre­to es decirla por nueve días. El rezo no demora ni un minuto, y se completa con un Padre Nuestro, una Ave María y un Gloria.


La madre Mercedes Quintana, qué lleva 37 años en el convento, ha presenciado varios testimonios de curacio­nes. En una carpeta recoge las cartas que escriben las favorecidas y hasta las fotos de los niños que nacie­ron luego de las novenas.

Basado en un artículo de la revista ¨ Familia ¨ del Comercio 9-03-08

miércoles, 21 de enero de 2009

LEYENDA DE OTAVALO


NINA PACCHA, PRINCESA DEL LAGO
Fuente: otavalovirtual.com

Laguna de Cuicocha (imagen de Flickr)

Cuenta la leyenda que la sequía azotaba a toda la región y, por tanto, había que sacrificar una doncella para calmar las iras del "Taita" Imbabura. Una hermosa indígena llamada Nina Paccha (fuente de Luz) fue la elegida, pero su joven enamorado, Guatalquí, no estaba dispuesto a perderla, por lo que huyeron juntos. El pueblo los siguió y cuando iban a ser alcanzados, el cielo se iluminó y Nina Paccha desapareció.


El volcán padre la había convertido en laguna. Surgió, además, un relámpago que fue directamente donde el joven amante, quién se esfumó y brotó como lechero, para que sea vigilante permanente de su adorada Nina Paccha. Y mientras el pueblo no salía de su asombro, una fuerte lluvia empezó a caer sobre los campos.




Arbol del lechero (imagen de otavalovirtual.com)


Así, la laguna y el lechero, dentro de la teogonía aborigen, se convirtieron en templos rituales, donde se alzaban plegarias por la siembra, la cosecha y la vida misma; también por ello, desde épocas remotas, los indígenas cruzaban a nado el lago como ofrenda sagrada.

sábado, 3 de enero de 2009

LEYENDA SHUAR


NUNKUI, creadora de las plantas

SHUAR (imagen elecuadordehoy.org)




Hace muchos años, cuando los shuar empezaban a poblar las tierras orientales del Ecuador, la selva no existía. En su lugar se extendía una llanura man­chada solamente por escasas hier­bas. Una de éstas era el unkuch, el único alimento de los shuar.
Gracias al unkuch, los shuar pudieron soportar durante mucho tiempo la aridez de la arena y el calor. Pero, un día la hierba desa­pareció. Algunos echaron la culpa a Iwia y a Iwianchi, seres diabólicos que desnudaban la tierra comiéndose todo; pero otros se esforzaron por encontrar el ansiado alimento. Entre estos había una mujer: Nuse. Ella, ven­ciendo sus temores, buscó el unkuch entre los sitios más ocul­tos, pero todo fue inútil. Sin desanimarse, volvió donde sus hijos y, llenándolos de valor, reiniciaron la búsqueda.

Yuca y su planta


Siguiendo el curso del río, cami­naron muchos días; pero el calor de esas tierras les impedía avan­zar más. Inesperadamente, sobre el río aparecieron pequeñas roda­jas de un alimento desconocido: la yuca. Al verlas, Nuse se lanzó hacia el río y las tomó. Apenas probó, sintió que sus ánimos renacían misteriosamente y enseguida corrió a socorrer a sus hijos. De pronto, salió una mujer bella. Nuse, asustada, le preguntó:
-¿Quién es usted?
-Yo soy Nunkui, la dueña y soberana de la vegetación. Sé que tu pueblo vive en una tierra desnuda y triste, en donde apenas crece el unkuch.
-¡El unkuch ya no existe! Era nuestro ali­mento y ha desaparecido. Por favor, señora,¿sabe dónde puedo hallarlo? Sin él, todos los de mi pueblo morirán.
-Nada les ocurrirá, Nuse. Tú has demostrado valentía y por ello te daré, no sólo el unkuch, sino toda clase de alimentos.
En segundos, ante los ojos sor­prendidos de Nuse, aparecieron huertos de ramajes olorosos.
Nunkui continuó: -Te obsequiaré una niña prodigiosa que tiene la virtud de crear el unkuch y la yuca que has comi­do y el plátano y...
-Gracias Nunkui, gracias!


Selva ecuatoriana caricatura de Bogar Chancay obramia.blogspot.com

Nunkui desapareció y en su lugar surgió la niña prometida. La pequeña guió a Nuse entre la espesura. La niña le anunció que allá también, en el territorio de los shuar, la vegetación crecería majestuosa. Cuando llegaron, la niña cumplió su ofrecimiento y la vida de los Shuar cambió por completo. Las plantas se elevaron en los huertos y cubrieron el suelo de esperanzas.